Primero de Mayo: Por una alternativa humanista al capitalismo

The International Marxist-Humanist Organization

Primero de Mayo/Día Internacional de los Trabajadores como retrospectiva y perspectiva para hoy — Editores

Traducido por Alexia Veytia-Rubio

El Primero de Mayo ha marcado la celebración de El Día Internacional de los Trabajadores por más de 130 años, en conmemoración de los mártires de Haymarket quienes dieron sus vidas por nuestra causa en la horca de Chicago. Debemos recordar que muchos de los mártires no sólo eran trabajadores inmigrantes, sino también activistas sindicales radicales y a quienes el estado demonizó a causa de estos factores. A medida que la situación se ponía más tensa, en 1887 August Spies levantó la voz y decretó, “Existirá un tiempo en el que nuestro silencio va a ser más poderoso que las voces que están ahorcando hoy.”

Desde ese entonces, la clase trabajadora formó un movimiento global masivo, ha participado en revoluciones, ha resistido opresión y crisis económicas. Hemos sobrevivido, ¡y continuamos la lucha!

Hoy nos enfrentamos a nuevos peligros, pero al mismo tiempo, a nuevas posibilidades para un cambio revolucionario: después de décadas de neoliberalismo, el cual gravemente socavó la red de seguridad social, educación y el poder que tiene la labor organizada, el capitalismo global ha dado un nuevo giro a raíz de la Gran Recesión. Con la llamada “recuperación” tan débil de los últimos años, es cada vez más claro que esas décadas de neoliberalismo no triunfaron en la restauración del declive en el índice de beneficio que es endémica al capitalismo, como fue demostrado por Karl Marx hace 150 años. La desesperación por ese problema entre clases dominantes fue crucial para la situación que enfrentamos hoy.

Por un lado, la llegada al poder de Donald Trump en los Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y autócratas similares en todo el mundo, todos los cuales apelan al racismo, el sexismo y la xenofobia, representan una fase nueva y más peligrosa del capitalismo de estado– y una con alusiones fascistas. Especialmente, y con la mayor firmeza, debemos oponernos a los planes de guerra e intervención de Trump contra Irán y Venezuela. (Para nuestra declaración completa sobre Venezuela, vea “¡Fuera de Venezuela! ¡Por la democracia socialista!” 6 de abril). Estos nuevos gobernantes lanzan amenazas sangrientas de guerra nuclear, a la vez que realizan acciones violentas contra inmigrantes, personas de religión musulmana, mujeres, minorías raciales, intelectuales y trabajadores, y al mismo tiempo afirmando ser populistas que representan a las personas “reales”, especialmente a los que se encuentran fuera de los centros urbanos “corruptos”.

Por otro lado, hemos sido testigos de un florecimiento de movimientos radicales, revolucionarios y obreros. En Medio Oriente, las revueltas en Argelia y Sudán han revivido las esperanzas del levantamiento del 2011, mientras que en Siria los kurdos siguen luchando y el movimiento palestino ha mostrado nueva vida frente a las masacres israelíes. En Francia, el presidente neoliberal Emmanuel Macron exacerba las desigualdades sociales y económicas existentes, mientras que El movimiento de los chalecos amarillos (Mouvement des gilets jaunes, en francés) ha surgido en oposición.

Huelgas de maestros han estallado en los Estados Unidos, logrando una victoria decisiva en el oeste de Virginia e inspirando a otros estados, con mujeres al mando en todos lados. En Irán, los gobernantes islamistas se enfrentaron al eslogan “Abajo con el Dictador,” en demostraciones masivas de gente trabajadora, así como en áreas rurales. En Chicago y en otros lugares, el movimiento contra el asesinato policial sigue surgiendo en contra de un sistema completamente racista. Las marchas de mujeres y #MeToo, los movimientos en apoyo de los trabajadores inmigrantes y las ciudades santuarios, así como los movimientos juveniles contra la violencia con armas de fuego y la destrucción del medio ambiente, han mostrado el carácter masivo de los movimientos actuales de resistencia al Trumpismo.

La Organización Internacional Marxista Humanista pide el desarraigo total del sistema capitalista, no solo del neoliberalismo o Trumpismo. Luchamos contra el capital y las clases, pero también contra las opresiones basadas en raza, género e identidad sexual. Nuestra intención es desarrollar y proyectar una visión viable para una alternativa al capitalismo – una nueva sociedad de carácter humano – que le pueda dar dirección a las luchas por la libertad actuales.

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